La masculinización facial sin cirugía es un conjunto de procedimientos estéticos que buscan armonizar y definir las facciones del rostro, otorgándole una apariencia más masculina. A diferencia de la cirugía, estos tratamientos no requieren incisiones ni anestesia general, por lo que son menos invasivos y conllevan un menor tiempo de recuperación.

¿En qué consiste la masculinización facial sin cirugía?

Los tratamientos de masculinización facial sin cirugía abarcan una amplia gama de técnicas, entre las que destacan:

• Inyecciones de ácido hialurónico: El ácido hialurónico es un relleno dérmico temporal que se inyecta en zonas estratégicas del rostro para aumentar el volumen y definir los rasgos. Se utiliza principalmente para:
  • Marcar el mentón y la mandíbula: Se perfila el mentón y se define el ángulo mandibular, aportando mayor firmeza al tercio inferior del rostro.
  • Rellenar pómulos y sienes: Se consigue una apariencia más varonil al agregar volumen en pómulos y sienes, suavizando así las líneas de expresión.
  • Modificar la nariz: La rinomodelación con ácido hialurónico permite corregir pequeñas imperfecciones en la nariz, como el caballete o una punta ancha.
• Toxina botulínica: La toxina botulínica se inyecta en músculos específicos del rostro para relajarlos y atenuar las arrugas de expresión. Se utiliza principalmente para:
  • Marcar las líneas del entrecejo y la frente: Se suavizan las arrugas horizontales y verticales de la frente, aportando una mirada más varonil.
  • Elevar las cejas: Se eleva la posición de las cejas, proporcionando una mirada más despierta y juvenil.
• Hidroxiapatita cálcica: La hidroxiapatita cálcica es otro relleno dérmico reabsorbible, pero de mayor duración que el ácido hialurónico. Se utiliza principalmente para:
• Definir la mandíbula y el mentón: Se obtiene una definición más marcada y duradera del mentón y la mandíbula.
• Rellenar surcos nasolabiales y líneas de marioneta: Se corrigen arrugas profundas y se redefine el contorno facial.