El dermaplaning es un procedimiento de exfoliación profesional altamente beneficioso para la piel que ofrece una serie de ventajas notables. Se trata de una experiencia prácticamente indolora y que no requiere tiempo de recuperación. Durante esta técnica, empleamos un bisturí especialmente diseñado para eliminar con suavidad las células cutáneas muertas y el vello facial fino, conocido como «pelusa de melocotón». El resultado se traduce en una piel que exhibe una apariencia más saludable y juvenil, como si emanara un brillo natural.
Además de contribuir a realzar la apariencia de la piel, el dermaplaning prepara eficazmente el terreno para otros tratamientos cosméticos, como el láser fraccionado tipo Fraxel. Asimismo, optimiza la absorción de nutrientes de los productos aplicados tras el tratamiento, previene la obstrucción de los poros, fomenta la renovación cutánea y estimula la producción de colágeno. Esta amalgama de efectos coadyuva a atenuar las arrugas y a lograr una tez radiante.
Es importante destacar que el dermaplaning no ocasionará que el vello facial vuelva a crecer más grueso ni más oscuro. En realidad, una vez que el vello comienza a crecer de nuevo, podría sentirse diferente debido al corte recto, pero, en términos de textura y velocidad de crecimiento, se asemejará al vello previo al tratamiento.
Tanto antes como después del dermaplaning, se recomienda evitar el uso de retinoides y otros productos exfoliantes, como el ácido salicílico o glicólico, así como productos antienvejecimiento. Además, no es necesario restringir la actividad física posterior al tratamiento; puedes proseguir con tu rutina diaria sin inconvenientes.